Las tecnologías de comunicación e información a lo largo del tiempo han impactado de manera significativa al sector de la salud en en los últimos tiempos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, por sus siglas OCDE, el aumento de la calidad de la atención al paciente y su seguridad, la mejora de la eficiencia y disminución de los costes operativos y administrativos de las organizaciones, así como la implementación de nuevos servicios de salud, constituyen algunos de sus beneficios demostrables.
Para muchas empresas modernas de salud, las tecnologías de información y los sistemas de Historia Clínica Electrónica y citas web son esenciales en el proceso de atención y facilitan el trabajo diario de los profesionales, la comunicación con los pacientes, la coordinación de la atención, la creación de nuevos servicios y mejoran la eficiencia de la organización, entre otros.
Sin embargo, en algunos países y regiones con una adopción generalizada de la Historia Clínica Electrónica, apoyada incluso por incentivos económicos, numerosos estudios siguen advirtiendo sobre el impacto negativo de los problemas de usabilidad para el uso de la tecnología y poniendo en evidencia riesgos de seguridad para el paciente.
Podemos definir que entendemos por usabilidad de las tecnologías de salud y, mejor aún, qué no lo es.
En el caso de las tecnologías desarrolladas para el sector de la salud, la usabilidad adquiere una especial dimensión.
Estudios demuestran que los pacientes atendidos con la ayuda de una Historia Clínica Electrónica bien diseñada y usable, tienen entre 17% y 30 % menos probabilidades, de experimentar un evento adverso, lo que sugiere que los hospitales que disponen de esta tecnología, son capaces de proporcionar una atención más coordinada desde el ingreso hasta el alta del paciente, y aumentar su seguridad.
Los problemas que se asocian por falta de usabilidad, impactan negativamente en la calidad de la atención al paciente y la interacción médico – paciente, frustrando a los profesionales sanitarios. Una pobre usabilidad aumenta también el tiempo empleado en documentar el proceso de atención, e interfiere con la atención al paciente.
Por otra parte, la poca comprensión del contexto de uso de la información durante el desarrollo del software, puede provocar una sobrecarga de información que dificulte la toma de decisiones.
La experiencia actual del usuario que busca información en una estructura ya organizada previamente e interactúa a través de teclados o botones con un dispositivo, se transforma en una experiencia más natural, humana y personalizada, donde el usuario interactúa con interfaces más conversacionales.
Estamos convencidos de que la inteligencia contextual y los algoritmos inteligentes de aprendizaje continuo, guiarán muy pronto el proceso de interacción de los pacientes y profesionales de salud con la tecnología, proporcionándoles una mejor experiencia y maximizando el beneficio y valor que ya aportan.